- La vida es verdaderamente difícil.
- Las cosas tienden a salirme mal.
- Es que tengo muy poca suerte.
- Nadie ha llegado jamás a ninguna parte sin trabajar muy duro.
Intenta imaginar cuántas veces al día te dices eso a ti mismo; cuántas veces al día asientes figuradamente con la cabeza cuando te dispones a abordar lo que sea que hagas, pensando «sí, esta es otra prueba de lo difíciles que son las cosas para mí».
O tal vez trates de escapar de esa clase de pensamiento y encares el día, la semana o el año fingiendo que nada es tan
horrible, solo para caer en un agujero, porque te olvidaste de tener cuidado con esos profundos agujeros negros que
nos prepara la vida, y por culpa de ello has empezado una vez más a
recordar lo difíciles que son las cosas.
De un modo u otro, la vida te sigue mostrando una vez tras otra que las cosas son difíciles.
Pero propongo que hay otra manera, y aceptando mis propuestas los acontecimientos reales de tu vida no cambiarán —al menos al principio—, pero lo que sí cambiará es tu modo de ver esos mismos acontecimientos. Después, puesto que adoptas una nueva actitud, poquito a poco otras cosas empezarán a cambiar, y entonces tal vez empieces a darte cuenta de que, después de todo, la vida no es tan dura.
Veamos, por ejemplo, una mañana que ha empezado mal. El despertador no ha sonado (es eléctrico, y por la noche se fue la luz durante 45 minutos). Después, al salir por la puerta como una flecha sin desayunar y habiendo tomado lo que a duras penas podría llamarse una ducha, te golpeas con la jamba de la puerta en la misma rodilla que empezó a darte problemas hace varias semanas, cuando resbalaste en el suelo recién encerado del trabajo y te caíste. Según te metes en el coche, te das cuenta de que anoche te dijiste mientras conducías de vuelta a casa que pondrías gasolina esta mañana, que te levantarías 15 minutos antes para tener tiempo de hacerlo, pero se te olvidó. Así que ahora tienes que perder más tiempo en la gasolinera y no tienes la más remota posibilidad de llegar a tiempo al trabajo.
¿No es eso una prueba de que la vida es dura?
De acuerdo, vamos a echarle otro vistazo. Nada ha cambiado, lo único que vas a hacer es decidir mirar a las cosas desde otro ángulo. Vas a encontrar algo positivo en los acontecimientos de este día.
A lo mejor decides que deberías hacerte con un despertador que no dependa de la electricidad (de acuerdo, esto no es especialmente asombroso). O tal vez decidas que no deberías dejar para mañana lo que puedes hacer hoy (no dejar el depósito de gasolina vacío para llenarlo al día siguiente de camino al trabajo). Esto ya es algo distinto. En realidad, si lo pones en práctica con constancia (no posponer al día siguiente lo que puedes llevar a cabo hoy o, dicho de otro modo, planificar de forma más eficiente), puede que notes que en tu vida cambiarán muchas cosas.
Ahora, llévalo un paso más allá. Toma la decisión de mirar a todas esas cosas que hacen que la vida parezca tan dura desde el punto de vista de que en ellas hay algo de valor para ti; algo que puede hacerte avanzar por el camino hacia una vida mejor y más orientada al crecimiento. Toma la decisión de que te ocurra lo que te ocurra y sea cual sea la circunstancia, harás lo posible por encontrar en ello algo que te permita dar un paso más y entrar en una vida más rica y satisfactoria. Siempre hay algo nuevo que aprender y entender, y esos acontecimientos que hasta hoy has clasificado como la prueba de que la vida es dura pueden convertirse ahora en los acontecimientos que te muestran la dirección en la que puedes crecer.
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¿No es eso una prueba de que la vida es dura?
De acuerdo, vamos a echarle otro vistazo. Nada ha cambiado, lo único que vas a hacer es decidir mirar a las cosas desde otro ángulo. Vas a encontrar algo positivo en los acontecimientos de este día.
A lo mejor decides que deberías hacerte con un despertador que no dependa de la electricidad (de acuerdo, esto no es especialmente asombroso). O tal vez decidas que no deberías dejar para mañana lo que puedes hacer hoy (no dejar el depósito de gasolina vacío para llenarlo al día siguiente de camino al trabajo). Esto ya es algo distinto. En realidad, si lo pones en práctica con constancia (no posponer al día siguiente lo que puedes llevar a cabo hoy o, dicho de otro modo, planificar de forma más eficiente), puede que notes que en tu vida cambiarán muchas cosas.
Ahora, llévalo un paso más allá. Toma la decisión de mirar a todas esas cosas que hacen que la vida parezca tan dura desde el punto de vista de que en ellas hay algo de valor para ti; algo que puede hacerte avanzar por el camino hacia una vida mejor y más orientada al crecimiento. Toma la decisión de que te ocurra lo que te ocurra y sea cual sea la circunstancia, harás lo posible por encontrar en ello algo que te permita dar un paso más y entrar en una vida más rica y satisfactoria. Siempre hay algo nuevo que aprender y entender, y esos acontecimientos que hasta hoy has clasificado como la prueba de que la vida es dura pueden convertirse ahora en los acontecimientos que te muestran la dirección en la que puedes crecer.
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